
Entre las docenas de impresoras analizadas (62 en total) aproximadamente un 30% tenían este problema, eso se hacía más patente cuando se estrenaban tóneres o cuando se imprimían imágenes de gran tamaño y a color, el cual provoca que se escapen niveles potencialmente peligrosos de micropartículas del tóner. Esas partículas podrían ser inhaladas y causarían el mismo efecto que el humo del tabaco, según la profesora Lidia Morawska, de la Queensland University of Technology.
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